He visto a un ángel negro
abrir sus alas sobre el mundo
Esparce gotas de sufrimiento
mientras levanta su corona
con arrogancia
La gente tapa su boca
han dejado al viento
sin plegarias que arrastrar
Nadie conoce a nadie
ni siquiera el brillo de sus miradas
Las horas no existen
se han convertido en día y noche
El ángel negro
se alimenta de muerte
ofrece su corona a los que se creen
invencibles
Ríe a carcajadas
al verlos caer
y arrastrar a inocentes
Las ciudades
son la escenografía
de una película que parece
buscar un final.
Sara Contreras Castañón.
Mayo 2020